De regreso a los blogs
Cuando estaba en la preparatoria ( cerca del 2003-2004), tenía una obsesión por los blogs. Escribía y escribía como loca en ellos, todos los días y de distintos temas. Tenía muchísimos: de manga (comic japonés); de música japonesa; de videojuegos, de cosas random como música, juegos de mesa, anime, películas; de libros y reseñas; de poesía; un diario personal… En fin, siempre me gustaron mucho los blogs y siempre amé escribir en ellos, por eso, cuando desparecieron para darle paso al boom de las redes sociales, jamás logré adaptarme.
Siempre se me complicó el límite de palabras, las analíticas, el algoritmo. Que si la foto tenía mucho texto, que si no le llegaba a mis lectores, pensar en 300 contenidos distintos para las 300 redes sociales diferentes, que la imagen, que el reel, que el video, que la historia, que la publicidad, que pagar para tener seguidores… ¡No! Es mucho de todo y siempre me he sentido abrumada con las redes sociales, además de que se me hacen un espacio imposible para expresarme con la libertad que los blogs siempre me ofrecieron, con la lentitud de leer, de escribir y de disfrutar de las palabras, de lo que siempre he querido contar.
Hace unos meses gracias a unas cartas que recibo de una bloggera de viajes1 que conozco desde hace tiempo, di con este espacio. Me tomó tiempo revisarlo y, todavía más, el comenzar con el proyecto, pero muchos sucesos en estas semanas y meses me han inspirado para decidirme ya, por fin, a comenzar con este espacio.
Uno de ellos es mi necesidad de escribir y contar historias, pero no de manera literaria, como un libro2 sino anecdótica, como un diario personal abierto para las demás personas. Por mucho tiempo dejé de hacerlo (tanto escribir en blog como escribir en general), cerca de tres años debido a salud, depresión, falta de confianza, sentirme abrumada… Esto sería tema para otra entrada, el caer en la desesperación y sentir que la vida ya no vale la pena. Debido a esto, dejé de hacer muchas cosas que amaba, como escribir en un blog. Por eso, después de un camino complicado de sanación (que durará por siempre), me siento con la fuerza y las ganas de retomarlo, de regresar a ello que me hace feliz.
Esto me lleva al segundo punto. Hace unas semanas entré al blog personal (como poeta y literata) que tengo desde el 2015 y que abandoné en el 2022 aprox. porque recuerdo que escribía una que otra entrada esporádica y sin ganas. Leí algunas entradas, mis poemas, mis vivencias, mis logros, mis viajes, y me entró mucha nostalgia. Tanto escrito ahí y tanto en el olvido. Me sentí triste por la persona que escribía y que ya no lo hacía, por todos los sentimientos, anécdotas y vivencias depositadas en cientos y cientos de entradas. Lo vi y dije: “quiero retomarlo, quiero seguir escribiendo así, que la gente me lea y, la ventaja con substack, es que puedo obtener algo de ello”. Por eso decidí retomarlo, pero ahora en este nuevo espacio. No es un borrón y cuenta nueva, sino volver a retomar el camino del que me desvié unos años, pero que siempre ha estado esperando por mi regreso.3
Y el tercer punto es porque tras recibir comentarios horribles de una persona, me di cuenta de que sentía que había perdido mi propio valor. Hice una entrada en Instagram ayer, me parece, sobre eso (y de nuevo el límite de palabras y eso me estresó, cuando yo quería explayarme como lo estoy haciendo aquí). Igual me costó horrores compartir esa entrada porque era muy personal, pero necesitaba romper con ese nudo que me estaba ahorcando y confiar en mí de nuevo, en darme cuenta de todo el camino de dolor que sigo superando y que mi trabajo, mi pasión, mi estudio, tiene un propósito.4
Les dejo la entrada de insta y el texto que escribí ahí.
Hace unas semanas una persona hizo tres comentarios que me hicieron mucho daño:
1)Que no era profesional
2)Que lo que hago es un hobby.
3)Que necesito terapia.
Hay quien no sabe (o sí) el dolor que genera con sus palabras, en especial cuando lucho día a día por no rendirme, para no mirar el abismo y aventarme a él.
Es complicado expresar este tipo de sentimientos. Da miedo. Es fácil aventar comentarios sin conocer la lucha de todos los días, de todas las mañanas, en todo momento, para seguir a pesar de que por momentos ya no quiera hacerlo.
Estas palabras me marcaron terriblemente, en especial cuando estos tres años me he esforzado por salir de la oscuridad. Suelo desmotivarme rápido, a tener presente lo negativo, a rendirme y a dejar de confiar en mí. Y tras un trabajo arduo esto hace que me vuelva a recluir.
Pero hay situaciones que poco a poco me ayudan a recordar que eso que dijo no es real. A darme cuenta de todo lo que he luchado a pesar de que a veces me pregunte "para qué":
1)Mis daruma me recuerdan el por qué les pinté un ojito, me acompañan en mis propósitos.5
2)Cuando fui al simposio de Haruki Murakami en la Universidad de Waseda.6
3)Al recibir mi certificado en bontemae: la ceremonia de té japonesa en bandeja por la escuela Mushakōjisenke.7
4)Todos mis viajes a Japón para estudiar y crecer como japonista, literata y en mi camino de té.
5)Todos mis cursos y certificaciones en literatura japonesa como el diplomado de la UNAM para seguir especializándome.
6)La charla de literatura japonesa en la FILCO sobre la importancia de estudiar y comprender la literatura y el arte japonés para seguir difundiendo.8
7)Todos los talleres que di como @amritea.house en el 2024 sobre té y filosofía japonesa a pesar de llorar cada vez que pensaba en salir de casa y estar frente al público.
8)Las personas que me leen y me dicen que mis textos los cautivan y conmueven.
9)Las 8 personas (más 5) que me inspiran y me recuerdan todos los días que vale la pena seguir intentando. Ellos me entregan esperanza, me reconstruyen y me hacen sentir viva.9
10)Y que, a pesar de la oscuridad, he vuelto al país que amo, estudio y que me devuelve la paz.10
Como una entrada de bienvenida, creo que fue algo extensa y rara. No he escrito ni lo que podrán encontrar en mi blog, las ventajas al suscribirse, de lo que hablaré… Más bien, fue como una desahogo, o un recordatorio de para qué abrí este substack. Pero también, con esta entrada, me he dado a conocer un poco. O eso espero.
No quiero alargar más la entrada (y seguir abusando de los pies de página que amé, por cierto), pero básicamente estaré escribiendo aquí sobre mi daily life como escritora, como literata, como viajera, como alguien que recorre el camino del té, como una amante de Japón. Estaré compartiendo entradas de mis antiguo blog, subiré poemas, reflexiones, cuentos, reseñas de libros, anécdotas como si fueran una carta. Estaré escribiendo con libertad.
Espero te guste mi contenido.
Gracias por leerme hasta el final y gracias por seguirme o suscribirte o estar aquí.
Saludos desde Kyoto.
Les dejo su substack porque es alguien que me inspira mucho cuando la leo.
Amo escribir y tengo dos libros publicados. Espejismos es de poesía romántica y de desamor. Chiyoko son cuentos donde expreso mis vivencias en Japón y mi camino de té. Me gusta mucho escribir literatura, pero con el paso de los años, me he dado cuenta de que no es algo que me llene al 100%, lo que más me gusta es escribir anécdotas, cartas, diarios, así como siempre lo he hecho en los blogs.
Tengo pensado subir de manera gratuita algunas de las entradas de ese blog como poemas o extractos de mis viajes. No sé si todo lo escrito ahí sirva para este blog, pero retomaré material de ahí para compartirlo en este espacio y todos puedan leerlo. Aún así, les dejo el link de ese blog, por si desean darle una visita. https://roseepoeta.wordpress.com/
Me dedico a la difusión del té asiático, en especial japonés, así como la literatura, filosofía, estética e historia de Japón, todo alrededor del chadao o camino de té. También doy mentorías en creación literaria y soy guía de viajes (slow travel y cultura) en Japón. Pero ya hablaré de eso más adelante.
Después lo explicaré con más calma, pero básicamente es un amuleto japonés al que le pintas un ojo mientras visualizas un propósito. No es pedir un deseo, sino un recordatorio del camino que hay que seguir para logar el cometido. Al llegar a él, se le pinta el otro ojo.
En el 2024 tuve esa fortuna. Aprendí mucho sobre el autor que me gusta bastante a pesar de las polémicas, así como de literatura japonesa. Igual se los contaré a detalles después.
Como mencioné, me dedico a enseñar y difundir el té asiático, sobre todo el japonés y estoy practicando la ceremonia del matcha. En patreon tengo una explicación más detallada.
Con esas ocho personas, me refiero a Stray Kids, un grupo de k-pop y las otras cinco, a DuelJewel, un grupo indie de j-pop.
Me refiero a Japón. Estoy escribiendo esta entrada desde Kioto. Mi visita al país por quinta vez para estudiar sobre el país (literatura, filosofía, historia, estética, té, sociedad, etc), también como guía cultural para turistas interesados en el té y el arte japonés. Haré una entrada más adelante sobre esto, pero les dejo el adelanto. Si desean venir en estos meses, o ya están en Kioto y quieren un recorrido por casas de té, museos y demás con explicación sobre el camino del té y su filosofía, aquí me tienen.